En algunas de las conferencias
que hemos tenido a lo largo del curso se ha tratado uno de los temas que me
parecen más interesantes, la viabilidad y eficacia formadora de los MOOCS como
modelos de aprendizaje de un futuro más o menos próximo. En este sentido creo
que los MOOCS se enfrentan a una serie de retos que de una u otra manera se han
ido comentando:
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La necesidad de formar equipos
interdisciplinares tanto en el diseño y elaboración del curso y de los
materiales. Estas competencias no coinciden con las competencias tradicionales
que el profesor desarrolla en la formación presencial.
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Los MOOCS requieren del estudiante una gran
automotivación. Pero también es importante investigar formas de apoyo y
motivación que permitan al estudiante “engancharse” al curso.
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Los MOOCs han de apoyarse en diseños web que
aporten un valor añadido a estos cursos. Son muchos los autores que señalan la
importancia de las plataformas móviles en la evolución y viabilidad de los
MOOCS.
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Otros de los retos es la evaluación del
estudiante, tanto del rendimiento del curso como de los conocimientos adquiridos.
El curso ha de ser de utilidad desde la doble perspectiva del profesorado y del
estudiante. En este sentido las
tendencias conectivistas defienden la participación del estudiante en la propia
evaluación. Utilizar la autoevaluación
como parte del proceso de evaluación, y a la vez generar conocimiento de
utilidad para el resto de miembros.
En mi opinión el modelo mixto de
MOOCS, es decir aquel que aprovecha los puntos fuertes del modelo conectivista
y del modelo conductivista, tiene mayores posibilidades de éxito. Los buenos contenidos y tareas deben apoyarse
con la creación de redes que permitan la interacción social y el intercambio de
conocimiento entre el profesor y los alumnos y de estos entre sí.
Cristina Tomás
